a Juanín, in memoriam
Y aprende dignidad en tu derrota,
agradeciendo a quien te quiso
el regalo fugaz de su hermosura
Felipe Benítez Reyes
Quieto, Juan,
no te vayas todavía,
aún no se ha puesto el sol
y un verano eterno
nos regala su alegría.
La luna y las estrellas
desparraman su ironía
y creen seguir bailando,
inconscientes
de que ya despunta el día.
Alzamos nuestras copas
para brindar por esta ruina
y celebrar como leones,
rugiendo,
la dignidad de tus heridas.
A tu lado comprendimos
el sinsentido de esta vida
a lomos de una vespa
indómita
enarbolando una sonrisa.
Seguirás contando años,
haciendo planes, doblando esquinas,
escondido entre los tejes y manejes
de esta tribu
que te ama y lo atestigua.