lunes, 28 de septiembre de 2020

ya no sé sangrar...

ya no sé sangrar,

solo callo lo que digo,

y me corro

derramando nada.

Las quimeras

son seres mitológicos

y llueve afuera.

No hay ventanas

tras las que guarecerse

y todo el frío se instala.

Los corazones apenas laten

y el eco de su silencio

reverbera

al compás de marchas fúnebres.

camino contra un viento

que corta y calla,

pierdo norte y asideros,

y me diluyo entre una niebla gris

que anonada.

Decrépitos se antojan los sueños

que languidecen

sitiados por una inmensa pesadilla.

¿Adónde mirar, que no nos duela?

Las calles pobladas de sombras

chirrían

holladas por zapatos veloces

y temerosos.

¿Y cómo no claudicar al miedo?