domingo, 1 de julio de 2012

La inercia

La inercia es la vida,
aquello que te queda cuando todo se ha ido,
cuando te das cuenta de que ya no eres tan joven,
ya no eres tan guapo, y el futuro no se pone de tu lado.

Son las horas de tinta porque sí,
la búsqueda incansable de la nada,
otra forma de huir del abismo
sin joder al prójimo a sabiendas.
Es el fatum, el destino y el carácter,
aquella insoportable levedad del ser.

No tengo un catálogo de causas,
no trazo mapas que iluminen el camino
de aquí a allí, o viceversa;
me dejo ir con el viento y me contento
con dar esquinazo al enemigo,
la sospecha del vacío sustantivo.

La inercia permite apenas el aliento,
siembra y abona suspiros,
teje y desteje a su antojo
la tela inexorable del olvido.