Tú también tendrás que avanzar y dibujar tu
propia senda de baldosas amarillas, murmuraba el poeta consciente de la
ausencia de auditorio.
Serás espantapájaros
y observarás absorto
un mundo imposible.
No entenderás nada.
¿Cómo aceptar el dolor
y la ausencia?
El miedo y la soledad
se atrincheran
y los leones solo
saben dormitar
y soñar.
Apenas sentimos,
pero podemos comprar
otro abrigo
que disimule nuestro
vacío en el pecho
hasta quedarnos
inmóviles.
Una
mirada perdida, clavada más allá del tiempo, interrumpe brevemente el instante
de delirio y enajenación. Un suspiro profundo que más que aire exhala vida. El
penúltimo trago.
Vivir es una oda, o
una letanía.
Los puntos cardinales
se confunden
con las voces
de la gente que viene
y que va,
vendiendo simulacros,
aparentando respirar
e ir a alguna parte.
La bruja buena es la
bruja mala,
vestida de domingo.
vestida de domingo.
La
última frase flota en el aire y quiere anclarse en la memoria, significando más
de lo tolerable. El poeta yace exhausto, pero aún su mano tiembla.
Dorothy, no mires atrás.
Se hace camino al
andar.