Aprendí pronto a no entenderte,
a aceptar tu otredad,
a inventarme motivos.
Vienes y te ofuscas, te alejas y me besas
o sencillamente me das la espalda
y yo no te toco.
Después de todo tu ausencia
es una presencia que va poblando las esquinas,
haciendo suyos recuerdos que no pudieron ser,
naufragando en una lágrima.
El espejo me conmina a renegar de un amor
absurdo que desborda y nada,
de un imposible improbable que escapa
y te deja lamiendo heridas,
tendido al sol.
La luna echa en falta mis aullidos,
tus gemidos, mis pordiós,
y se acostumbra,
afortunadamente impertérrita,
a un silencio desolador.
Anoche tuve un sueño pesadilla,
anoche, de nuevo, te perdía.
Cómo me gusta lo de 'tu ausencia
ResponderEliminares una presencia que va poblando las esquinas'.
Bicos.