Te observo absorto,
te dejo hacer
transido de ti,
me asombro.
Eres y te mueves,
ajeno al vaivén de las olas,
danzas frenético
jácaras que huelen a muerte.
Vendes humo aquilatado,
cantos de sirena voraz,
apenas epítetos
que elevan a sagrado el pecado.
Compro tu aire y tu anhelo,
tus ganas de todo y de nada,
el verso que siempre naufraga
en tu voz ajada y en celo.
Regalo mi tiempo a tu cuerpo
hostil en tiempos de guerra
y en los breves remansos de paz
música que amansa a la fiera.
Me observo absorto,
me dejo hacer,
transido de mi,
me asombro.
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