miércoles, 28 de agosto de 2013

Aquel domingo


Los ecos de risas y aventuras
se colaban intempestivos
por las grietas de aquel domingo
de hierba y sábanas sin dudas.

“me encantan lo niños”
dijiste sonriendo a media voz,
entre los gritos,
temiendo asustar mi corazón.

No lo dije, pero te amé,
más que nunca, más que ayer,
aunque jamás seas la madre de mi hijo
ni yo el padre que tú has querido.

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