A veces el invierno
se impone
y el silencio
de los pájaros ausentes.
El verso se enroca
en estas calles
que no saben callar
su miseria.
Voces, mientras tanto,
insulsas pregonan
el impetuoso sabor
de las fresas a destiempo.
Los alaridos de Munch.
El vacuo lujo de Lempicka.
La cordura de Dalí.
El jardín de las delicias.
Ciertas oscuras golondrinas,
el deseo enfermo de realidad
y el enésimo recoveco
de este laberinto sin salida
que solemos llamar hogar.
Vendemos humo
viendo el mundo arder
con una cerilla en la mano.
El suicidio
o
el arte.
Ahora mismo aquí, recién estrenada la primavera, se ha impuesto de nuevo el invierno y sí, el arte es algo tan abstracto, subjetivo y escurridizo que para algunos supone la única forma de suicidarse para poder seguir viviendo y para otros entregarse a vivirlo, para no terminar suicidándose.. la última estrofa absolutamente genial, un placer leerte!
ResponderEliminarA veces las dicotomías no son tales, supongo. Un placer que me regales un poco de tu tiempo.
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