viernes, 8 de marzo de 2024

Tatuaje

¿Quién quiere
vivir para siempre?
Has vivido suficiente
para intuir un precio
que algunos necios
confunden con la muerte.
La muerte solo duele
al que está vivo.
El precio es el dolor presente;
el amargo sabor del fracaso;
las promesas incumplidas;
las palabras ola
que nacieron rotas.
El precio es sentirse ausente,
un perfecto extraño
también extrañado,
casi un suicida.
En este camino
no hay baldosas
y si las hubiera
no serían amarillas,
sino toscas y grises,
vulgares
como nosotros.
Muere el horizonte
bajo el peso de un presente
plomizo,
y un silencio espeso
se impone.
Allá lejos se oye una campana
que huele a recuerdo,
que sabe a destino,
que cada tarde canta
su himno al olvido.
Solo existe el tiempo
detenido
bajo una copa
del revés.
¿Quién quiere
vivir para siempre?

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