Hace tiempo que no sueño
y vivo a medias,
asediado por la nada,
ajeno a mí
y al tiempo.
Los suburbios te atrapan
dibujando simulacros
que huelen a vida,
que parecen vida,
que quieren ser vida,
y no.
No puedes buscar respuestas
si no encuentras las preguntas,
si has perdido toda senda,
si ya solo siembras
-y recoges-
amargura.
No puedes huir,
aunque quieras.
Tú eres tu condena.
No quiero celebrar un desvarío
que vomita ceniza
que tizna el aire
que respiras,
pero aquí estoy,
aquí estás,
aquí estamos.
Aún.
Ya no bendigo la palabra
si no la pronuncia un alma
que no toque con las manos,
que no mire con los ojos,
que no bese con los labios
Hace tiempo que no escribo
solo por no callar y
necesito sangrar lo que digo.
Carácter y destino.
Hace tiempo que respiro
y no respiro.
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