Aullar a la luna con
una cuestión
amorfa y arcaica
que no acierta a
construirse.
Repetir sonidos,
el ulular del viento
y el siseo del bosque,
el batir del mar y el
rasgar la costa,
el peligro negro y
presente,
el amor vehemente.
Repetir y repetir en
el vacío.
Y de repente existes.
Eres ante mi como un
espejo. A veces te deseo,
otras veces el odio
crece y la sangre hierve.
Te necesito. Necesito
que comprendas.
Necesito compartir el
ulular del viento,
y los sonidos del bosque,
y el mar,
y el amor, y el
peligro y el sexo.
Aprende a ser yo,
enséñame a ser tú.
Repetir sonidos,
el llanto de un niño
y la angustia de una madre,
el estertor del ser
amado,
el aroma de la
supervivencia,
canciones que merecen
ser cantadas.
Balbucir se antoja
insuficiente.
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