Cuando
era niño leí un libro (entre muchos otros) que dejó una huella indeleble en mi
memoria. No recuerdo el contenido del libro. No recuerdo sus tapas, tipografía
o colección editorial. Recuerdo su título: Jeruso quiere ser gente.
Por
mis manos han pasado muchos títulos, y he de reconocer que gran parte de ellos
se han diluido entre las maravillas que ocultaban. Eran simples etiquetas. Otro
zarpazo del marketing publicitario. Pero Jeruso quiere ser gente. Y Jeruso
somos todos.
Yo
siempre he querido ser gente, como Jeruso, pero… ¿cómo ser gente? Y aún peor…
¿qué es ser gente?
Ser
individuo es sencillo, basta con mirarse en un espejo para reconocerse uno.
Pero la frontera entre ser uno y ser gente, ¿dónde está? ¿Cómo elevar al
cuadrado o al cubo la existencia?
Jeruso
quiere ser gente. Yo quiero ser Jeruso.
¿Por
qué solo existe la impostura?
No hay comentarios:
Publicar un comentario