jueves, 3 de julio de 2014

Los jardines

Los jardines son siempre fragantes,
descubres de pronto una rosa y es la rosa,
más allá despunta un pensamiento
y no cabe evitar el narciso que se atisba.
El jazmín y el azahar se derraman
nutriendo nidos de amor por dondequiera.

Los jardines siempre esconden huertos,
lugares propicios al amor,
ese engaño,
donde se teje la vida,
esa novela,
donde perece la conciencia
y se firma el armisticio.

Los jardines suelen tener su laberinto,
esquinas que doblas y no,
algún recoveco muy negro
con su estatua de ángel caído y tu rostro,
cantos de sirena,
un lago de cisnes asesinos
y un minotauro,
en algún punto,
esperando tu venida.
Jamás una salida.

Los jardines, como todo,
dependen de su jardinero.  

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