sábado, 20 de julio de 2013

Inercia


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Se trata de mantener la impostura,
de echar el ancla cada mañana
y olvidar las quimeras y los sueños.

Adecentar el alma y disfrazarse,
vestirse de alguien,
engañar al desamparo
solo por supervivencia,
como una pose absurda
en un fotomatón estropeado,
una vida cualquiera.

Sé quién soy,
un Jonh Doe,
otro don nadie
que no ha de merecer ser recordado,
otro impostor condenado a su mirada,
harto de ego,
ansioso de acostarse con la nada.

Vender el ser al diablo, léase poesía,
no es noticia,
tampoco el arte sentirá mi ausencia.

Me pregunto el porqué de empecinarse en la existencia.

He probado el amor que se supone debería.
Un torrente que arrasa y destruye,
un caudal que se transforma
y en caricias imposibles discurre
y abona los campos de sueños.
Pero todo río está abocado al mar,
que es el morir.
Desde la orilla observo la marea,
con su vaivén eterno,
absorto en su falta de sentido,
como una metáfora,
como yo,
harto de ego.

Dicen que aún soy joven,
que está por llegar mi mejor poema,
y yo les observo, extraviado,
consciente del absurdo,
embargado por la pena,
la edad no se mide en años
sino en derrotas y fracasos,
en lágrimas en vena.

Respiro por inercia.

3 comentarios:

  1. Y por esa misma inercia mis ojos se acercan a tu alma cuando te leo.
    Si sólo una persona llegó a alcanzar resguardarse en tus palabras, siempre serás arte, penas, derrota y tristezas. Muchos Besos!!!

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    Respuestas
    1. Gracias Raquel.

      Mis palabras nunca han sido mías, son tan tuyas, tan de todos, tan de nadie como el tiempo que se nos escurre por las grietas del alma. Sin embargo me alegra saber que te motivan.

      Un beso.

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  2. "Pero todo río está abocado al mar,
    que es el morir"
    Cada verso supone una bella metáfora, pero algunas, yo no me las creo; prefiero pensar, por ejemplo, que el río renace en el mar, y que la edad, aunque no se mida en años, bien podría medirse en sabiduría, así como que detrás de cada John Doe hay una historia que merece ser contada, igual que mereció ser vivida.
    Y no respire usted por inercia, Sr. Montoya, que es época de recortes y no vaya a ser que se quede sin aliento y nos prive entonces de poemas como éste o de los que aún están por llegar.
    Abrazo lunar ;)

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