Pincha para escuchar el poema
Soñaban despiertos que el atardecer
no era un ocaso,
no era un entierro.
Iban mano sobre mano,
con el sentimiento entrelazado y firme
como la roca ante la ola,
derramando sonrisas como migas de pan
por si la vida tuviese camino de vuelta,
como si la muerte no existiese.
Las voces temblorosas no guardan secretos
ni esconden un pasado extranjero
más allá de la memoria
o más acá del deseo.
El destino pasajero es siempre el mismo,
pompas de jabón que languidecen
estampadas invariablemente en el espejo.
Caminaban disfrazados de palabras
vistiendo el alma y la vida
en una huida imposible del silencio.
Un silencio que todo lo abarca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario