domingo, 23 de octubre de 2016

Tracy Chapman


Los marcapáginas yacen
encima de la mesa,
mientras llora Tracy Chapman,
desprovistos de esperanza
lejos del amor
y lejos del azar.

La estampa es grotesca.
Los libros cerrados anuncian la muerte,
el triunfo del olvido.
Polvo eres y en polvo te convertirás,
profetizaban.
Ni eso.

Ahora hablaría de Heráclito,
pero no.
Mi palabra, mis sueños,
mi aliento y mi tiempo
importan,
no por palabra, aliento o tiempo,
que también,
mas por míos.

Mi palabra repetida con denuedo,
mis versos, que exudan apatía
y tristeza
pero ocultan pasión
por el hombre y su ruina,
por sus sueños y anhelos,
por tu vida y mi vida,
se abren paso,
a pesar de no pesar,
de no importar nada
de nada.

No trascendemos.
Nos rodea la tiranía de la felicidad.
Cómo ser genial en cinco pasos.
Cómo triunfar en cien recetas.
Cómo follar en cinco minutos.
Y gracias.

No me mires si no te vas a acercar.
No me leas si no te vas a mojar.
Háblame.
Siénteme.
O multiplícate por cero.

No voy a negar la impostura,
a estas alturas,
pero jugamos
o nos perdemos la partida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario