martes, 24 de mayo de 2016

Días de fútbol

Bienvenidos al mundo,
este es el instante pulcro y austero
en el que el silencio invade el silencio
y las argutendidas gasas se diluyen.

Aurea mediocritas.
Las estridencias se pagan,
dijo aquel que hilarante
brindaba con champagne
en cráneos abiertos.

No fingimos el dolor
cuando nos duele.
No fingimos el amor
cuando nos duele.

Quisimos ver rodar cabezas
y alzamos la voz,
y las palabras conjuradas
eran bellas e importantes.

Gritamos paz
y sonaron sus tambores de guerra,
gritamos luz
y encendieron todas las hogueras,
gritamos libertad
y tapiaron sus ventanas, nuestras puertas.

Beatus ille.
Dichoso aquel que se aleja
y se refugia en sus quehaceres,
alejado de penurias y gobierno,
y no piensa más que en santos
o futbolistas,
tanto monta, monta tanto.

Nos convencieron.
Siempre nos convencen.
Son los dueños de la palabra.
Sólo nuestras cabezas saben rodar.

Y ya no somos dueños ni del silencio
que nos nutre,
ni de los sueños bastardos
que el tiempo engulle.

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