Los gatos sopesan pedir la baja voluntaria
mientras el camello vende cloroformo
a una piara satisfecha y complaciente.
Nadie quiere crecer ni dormir.
Todos aúllan a la luna.
Y la luna se venga inmarcesible
en un ciclo eterno y sinsentido
que teje y desteje, teje y desteje
regalando a Penélope un motivo.
¡Odiseo…! ¿Dónde
estás?
Yo te espero…
Pero Ulises se ha ido.
Sigue persiguiendo quimeras,
vadeando océanos de certidumbres naufragadas,
seduciendo sirenas antropófagas,
huyendo de la muerte.
Los búhos desvisten la noche
y cuentan historias de viejo,
verdades robadas al tiempo,
palabras que exigen ser norte.
Todos aceptamos la impostura.
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