hoy somos apenas extraños que se observan
protegidos, desde su atalaya,
extranjeros de su propio pasado.
Caminábamos alegres, inconscientes,
ignorantes del abismo a la vuelta de la esquina,
ajenos a lágrimas y pesadillas,
acariciando un tiempo de oro y mantequilla.
Mano sobre mano construimos un imperio,
descubrimos territorios vírgenes e insospechados,
fundamos una historia y mil recuerdos,
un álbum de fotografías viejas ajado.
La dama sueña con campos floridos,
caricias de algodón y besos con fruta,
brazos firmes y voz profunda,
rebosante de certeza, y un nido.
La dama teje hilos de afecto,
inventa palabras y sonríe satisfecha,
construye su vida perfecta,
una buena metáfora en un mal verso.
El amor no siempre es suficiente, profetizaba.
El poeta vive a gusto entre las ruinas,
escarbando con las uñas las miserias de sí mismo,
impenitente y libidinoso,
rozando un amor que no existe.
El poeta se desangra cuando habla,
y nadie parece darse cuenta,
languideciendo en cada verso,
viviendo honrando una tumba abierta.
Fuimos lo que fuimos porque somos lo que somos.
Y tal vez el poeta desangra mientras grita y lamenta por qué "el amor no fue siempre suficiente"!??. Realmente bonito, un abrazo inmenso Álvaro!!!
ResponderEliminarGracias Raquel!!! Y sin embargo está por todas partes, dicen...
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