ese configurador
de destino,
a aferrarme
renovado a otro clavo ardiente,
presto al
descalabro y al vacío.
Multiplico las
ausencias e imagino pasados verosímiles,
pero tan
ficticios como el día de hoy.
Después de todo,
me digo, nuestro tiempo es solo historia.
Y a pesar de todo
nuestro tiempo es solo nuestro.
Aún me siento a
menudo, y escribo tranquilo
esperando a la
muerte y su pluma,
ofreciendo
redentora
todas las
palabras dichas concentradas en un solo punto,
final e
inabarcable
.
¿me dejas reinterpretarte?
ResponderEliminarRetorno siempre impenitente al desvarío,
ese configurador de posibilidades,
a aferrarme renovada a otra encrucijada,
presta a la aventura descarriada,
Multiplico las presencias e imagino futuros indómitos,
pero tan prometedores como el pasado fallido.
Después de todo, me digo, no es posible tomar decisiones.
Y a pesar de todo me empeño en beberme el océano.
Aún me siento a menudo, pensado en la probabilidad de la escritura
desafiando a la muerte y su aburrida retórica,
ofreciendo mi salvación
a cambio de un segundo de placer concentrado en una sola palabra,
final e inabarcable, tú.
Me entusiasma Ana. Me dejas sin palabras. ¡Es emocionante! Tienes mi permiso, y mi absoluta complicidad, para reinterpretarme a voluntad. Cuando quieras!
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