Ecos de vida lejana resuenan
mientras la lluvia anuncia otro día gris.
Agosto multiplica las ausencias
y me recuerda el precio de existir,
de descubrir que todos los días son domingo.
Esta absurda sala de espera
del qué vendrá después,
inútil y austero,
atenaza una garganta
con mujer atravesada.
¿Qué sucede?
No pasa nada.
Nunca pasa nada
y el aire se esconde.
Las lágrimas calman la sed
cuando los besos queman.
Otra vez la sangre,
que grita como el mar y reverbera
exigiendo un doble o nada
por amor al arte
y la poesía.
Otra vez el viento desperdigando palabras
que germinan en un silencio que se impone,
por y para nosotros,
en la boca del estómago.
Otra vez los leones aúllan a la luna.
Es cierto, no pasa nada, nunca pasa nada. Y sin embargo podría pasar... Podrías descubrir que te gustan los domingos. Descubrir que el silencio se puede llenar.
ResponderEliminarPodría ser que la existencia no te pese, que septiembre no sea otro alivio más.
Podrías descubrir como liberar tu garganta, y libre poder gritar. Descubrir que los leones siempre tienen manada, y que a la luna no pueden aullar.
Quizá te cuente que me da envidia ella, pero que soy feliz por ti.
Quizá me convierta en luna llena, y así por fin me pueda ir.
Quizá nunca diga nada, porque hablar no siempre es lo mejor.
Quizá tú ya lo sabes y esto no tenga explicaciónEs cierto, no pasa nada, nunca pasa nada. Y sin embargo podría pasar... Podrías descubrir que te gustan los domingos. Descubrir que el silencio se puede llenar.
Podría ser que la existencia no te pese, que septiembre no sea otro alivio más.
Podrías descubrir como liberar tu garganta, y libre poder gritar. Descubrir que los leones siempre tienen manada, y que a la luna no pueden aullar.
Quizá te cuente que me da envidia ella, pero que soy feliz por ti.
Quizá me convierta en luna llena, y así por fin me pueda ir.
Quizá nunca diga nada, porque hablar no siempre es lo mejor.
Quizá tú ya lo sabes y esto no tenga explicación.
(Sigue creando imágenes que me hagan pensar...)