Renuncio a un ayer imaginado
rico en ilusiones ilusorias,
me exilio de ese terreno abonado
para la frustración y la derrota.
No voy a refugiarme en este humo
si tú no te escondes en tu nube,
porque si esta soledad es el futuro
hasta un corazón de piedra se diluye.
Necesito que la vida sepa a vida
y aunque sé que solo es tiempo repetido
apuesto hoy por acallar al suicida
que malvive en la piel que habito.
No voy a perder un solo instante
maldiciendo las encrucijadas
que no nos llevan a ninguna parte
y solo engendran lágrimas.
Quiero reír, y llorar, y oler el jazmín
que inunda las aceras
ajeno a los absurdos
cuentos que entreveran,
con una trama machacona y vil,
un argumento que soñamos único.
No estoy dispuesto al flaco desamparo
de hollar la calle melancolía
con cara de poeta parnasiano,
dispuesto a la metáfora vacía.
Quiero ser y quiero estar
aquí
y
ahora.
Devorar el tiempo.