No soy hombre de lunas de fresa,
de ramos de flores
y promesas eternas,
de morirme de amor por los rincones.
Cuando pienso en conquistar,
intuyo la guerra.
Por eso te hago pan,
con miga blanca y tierna,
y el verte comer
huele a primavera.
Por eso te hago (de) reír
disfrazado de verbena,
aunque sienta ganas de aullar,
embargado por la pena.
Por eso, cuando tú lloras,
callada y ajena,
yo solo permanezco,
distante, a tu vera.
Cuando pienso en parasiempres,
intuyo la muerte.
Te quiero ahora.
Cuando me miras con odio,
y sé que no mientes;
cuando te acercas y me tocas,
vestida de verde;
cuando no te entiendo
y no tengo ganas de entenderte;
cuando yo quiero un hijo,
y tú no lo quieres.
Te quiero ahora,
ahora muchas veces.
Tentar al destino
es cosa de valientes.
¡Me flipa!
ResponderEliminarSé que no es poético, pero es sentido
Entonces es poético! ;) Gracias, Pilar.
Eliminar