Me siento a veces Penélope,
destejiendo cada noche en mil palabras la vida,
superponiendo significados retorcidos
a la más banal de las existencias,
esclavo de la pantomima.
Otras veces quiero ser Ulises,
vencer los naufragios del tiempo
y no abandonar la senda,
buscando caminos que nos salven
de la supremacía del desencuentro.
Y no soy más que mi voz,
meteorito con aires de estrella
que brilla apenas un segundo y muere,
que se quiebra y distorsiona
en un ardiente deseo de poema.
hermoso poema con aires mitoloógicos.
ResponderEliminarBesos