jueves, 12 de abril de 2018

Muertos de risa

[Supongo que la existencia es algo tan relativo como el tiempo. Palabras que significan demasiado para significar y que, sin embargo, se erigen en clave del todo. Y tras la pátina de trascendencia una risotada gutural, salvaje, insolente. Así lo siento yo las más de las veces.]

¿Quién sabe permanecer
en un recuerdo maltratado
por la esperanza
y por el silencio?

Apenas subimos al estrado
perdemos la voz y la inocencia
y confesamos:
mentimos una vez,
con premeditación y alevosía,
enfrentados al espejo,
y volveremos a mentir;
robamos,
con nocturnidad,
las veces mejores palabras,
las peores, sentimientos;
nos atrevimos a soñar,
incandescentes,
iridiscentes,
sin miedo;
pecamos,
y volveremos a pecar.

No cantamos por no callar,
escuchamos cantar.
No vinimos a negarnos.

La ciencia cierta nos asiste
y nos asimos a una luz
que se derrama
y nos pervierte.
(Aún) No sabemos (todavía)
quiénes somos.

Mientras tanto
imagino a los dioses
muertos de risa.

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