miércoles, 25 de noviembre de 2009

Bolboreta


Sin pestañear ofreces tu lengua

y yo, solícito, te invito a libarme,

esgrimiendo toda mi dulzura

para lograr los pecados de tu carne.

Con soltura despliegas tu belleza

ante la mirada atónita del arte,

eres la droga que todo lo cura,

locura que hiere, locura que arde.

Todas tus palabras son poema,

metáforas escritas con la sangre

que mi alma regala a tus uñas,

que arañan en francés esta tarde.

Eres mi perfecta bolboreta,

la más bella mariposa de este parque,

y yo la flor que con la vista te desnuda,

y se masturba, y no se conforma con soñarte.

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