Enciéndeme la llama,
necesito el calor de tu mirada,
quemarme a fuego lento
y entre tus piernas
encontrar el agua amada.
Regálame un segundo,
un instante de tu vida,
y te pago a cambio con la mía,
vaciada de sentido en tu ausencia,
esclava de tu sonrisa.
Aniquílame, asedia mis defensas,
conquista mi estandarte y mi bandera,
mi paz se funda en tu guerra,
mi frontera termina en tu cadera
ahora, que hinco el alma.
L'après-guerre es dulce y huele a limpio,
reconstruir a dos es siempre más sencillo,
instaurar rutinas, inaugurar santuarios,
escribir la historia minúscula en mayúsculas,
caminar de la mano conscientes del abismo.
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