miércoles, 19 de septiembre de 2018

Una mirada de cristal

Soy memoria.
Tengo presente el ruido de su despertador,
un tictac metálico que acompañaba mi sueños infantiles
y un trueno indómito que los interrumpía,
y lato acompasado.
Recuerdo sus palabras,
a veces perdidas, inexactas,
dulcemente equivocadas,
y descubro un eco apenas audible
pero indeleble
en mi voz áspera y sensible.
Reescribo sus historias
de hambre, de lucha,
de estraperlo, y de paz,
y me inundo en secreto
de nostalgia de esa vida
que oculta una mirada de cristal.
Tiemblan sus manos
y agradece cada caricia,
temiendo quizá un punto final
que lo salve y que nos hunda,
otro abismo en su silencio
sabio, torpemente bueno
y sepulcral.

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