No a la mentira de saberse diferente y encontrarse suspendido sobre el abismo insondable del otro, vendiendo ajenidad a manos llenas, enfrentado a la parquedad de un alma destruida ante un espejo, sollozante.
No a la verdad de saberse igual en la desdicha, ni a la verdad de no reconocerse en la mentira, ni aún en la propia.
No al futuro, no al pasado, no a la línea temporal que te ordena, te antepone o te pospone sin atisbo de piedad.
No al ego construido a través de otra mirada de ojos fijos, incandescentes, que en su juicio establecen la existencia impenitente del loco de atar.
No a la verdad de saberse igual en la desdicha, ni a la verdad de no reconocerse en la mentira, ni aún en la propia.
No al futuro, no al pasado, no a la línea temporal que te ordena, te antepone o te pospone sin atisbo de piedad.
No al ego construido a través de otra mirada de ojos fijos, incandescentes, que en su juicio establecen la existencia impenitente del loco de atar.
Este poema surge del primer encuentro de la iniciativa "El otro niño", un ciclo de conferencias celebrado en el Instituto de Psicomotricidade de Vigo el 3 de octubre de 2009. El sufrimiento de la negación tiene que ser terrible.
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