y pronto las sombras se pueblan
de palabras que emergen,
surgen y surcan.
Mis manos te buscan
y la certeza de encontrarte
ata los sentidos
a un mundo que sí es para mí.
Te rozo e intuyo el amor,
los que quisieron ser y no fueron,
el que es y se impone,
presagiando el que será.
Un amor que huele a limpio
y sabe a nuevo.
A tientas te observo
mientras duermes y sueñas
que observo tus sueños
de amores y tormentas.
Y poco a poco te quiero.
Un poco por las risas
que explotan en el aire
y germinan,
y van ensordeciendo un mundo
que agoniza en su fracaso.
Un poco por los besos,
las babas y los versos
que se instalan,
como puentes que acercan,
como miles de alas.
Un poco por unicornio,
y un poco porque quiero.
Descubro tu piel dibujada
y recorro tus historias
con la boca bien abierta
y un alma tosca enajenada.
Tu norte y tu jardín,
tu corazón lleno de pájaros,
que nacen y mueren y se incendian
para volver a resurgir,
preñados de palabras,
de cantos de sirena
que no te dejan naufragar,
y tu amor en vena.
Que otros escriban para perdurar,
yo escribo para volar.
Yo vuelo para ti.
Y vuelo contigo.
Y no sé aterrizar.
Versos llenos de ese algo precioso, que contiene esperanza, voluntad, magia, construcción, y por encima de todo, elevación. Esa ubicación que merece el amor, alto... bien alto. La última estrofa es el broche perfecto y refleja tu esencia.
ResponderEliminarFantástico, felicidades!!!
Un saludo y un abrazo.
Paty
Muchísimas gracias, Paty. Otro abrazo, fuerte y sentido, a vuelta de correo.
EliminarÁlvaro!