Soliviantamos el tiempo con la mirada,
pero eso no bastaba,
la eternidad nunca fue suficiente
para el que sueña con la
totale,
el doble o nada,
quebrar la banca.
Saltamos más lejos y más alto,
pero el mundo es una esfera,
y gira.
Absurdos intentamos un amor
que no supimos hacer,
que nació, como nosotros,
para morir en silencio.
Las noches se ofuscan
al ritmo de un tic-tac traidor
que me desvela.
Otra vez.
Vivimos hartos de bucles asesinos.
Alguien desea feliz navidad
y el decoro exige una respuesta
que no suene a ocaso,
una alegría bien impostada.
No. Yo no sé vivir a medias
y me desangro.
Y cierro los ojos para no verme.
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