En su último viaje,
Gulliver se visitó a sí mismo
y no supo volver.
Alicia descubrió los espejos
y Peter Pan las canas,
una por cada sueño derrotado.
Ya ni el Coco se aferra a la existencia.
Las historias nunca empiezan
érase una vez…
y las perdices están caras en el mercado.
Luchar contra el tiempo
con una espada láser invisible
es causa cervantina,
una muerte cierta
y el ridículo,
a pesar de la ternura
que inspira ser lunático
y vagamundo.
¿Cuándo llegamos?
¿Falta mucho aún?
Sin darte cuenta que se escapa lentamente
tras un flautista cruel e inexorable
del que nunca vimos la cara.
Pronto este cuento habrá acabado
y no seremos más que moraleja.
Un mundo condensado en una frase,
escrita en piedra:
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