miércoles, 1 de diciembre de 2010

Retrato de un cualquiera

Soy un escaparate,
una vitrina de ideas lapidables,
un conglomerado de incongruencias,
un zombie de la era post-comercial.
Vendo palabras gratuitas,
un buen precio para el valor,
ése intangible,
que visto de verso, verbo y beso.
Olímpico desdén
por todo aquello que no me habita,
por el más allá y el demasiado acá,
por la estupidez padezco.
Toda sentencia es un eslogan,
publicidad disfrazada,
me digo mientras me leo
y descubro al otro que me observa.
La vida me resulta
mera sucesión de aplicaciones,
un espasmo,
un instante sin tiempo de pensar.

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