sábado, 2 de junio de 2018

Sin techo

La tristeza te cerca,
instalada en los silencios elocuentes
que solo se quiebran
para invocar un tiempo ya ausente,
y las lágrimas acalladas
retuercen el tuétano,
anulan la risa,
ahuecan el alma.

Te desdices una vez más,
impelida por la pena
y sucumbes,
en tu nicho,
a tu destino.

Apenas existo entonces.
Permanezco extraviado en tu desamparo
y braceo en la oscuridad,
tanteando una existencia etérea,
buscando un modo y manera,
aterrado
y sin saber,
aterrado
y sin poder.

Te incomodas si pregunto.
Me incomodo si respondes.

Pero en el fragor del absurdo
hacemos el amor
y huele a primavera,
el ruido de fondo se diluye
mecido por el mar,
templado por el sol,
e irónico se entrega
al orgasmo.
Crea un nuevo mundo.

Descubramos juntos la existencia
a ciegas, a tientas, a sabiendas
del dolor que sin duda nos espera,
tú con tus sueños y tus dudas,
yo con mis miedos y mi pluma,
los dos desnudos,
sin armas,
sin techo.