lunes, 19 de marzo de 2018

Te sigo

No tengo palabras
que describan el silencio inabarcable
que tu nombre invoca.

La luz ciega
y permanecemos inmóviles,
aterrados.
No pudimos preverlo
ni supimos soñarlo.

Acepto la sumisión
terca y fútil
al espíritu de la rebeldía,
al verso impune,
al tiempo suicida.

Al fin y al cabo,
no nacimos ayer.

Suenan tambores de guerra,
para quien los sepa escuchar,
suenan adagios de paz.

El absurdo se entrevera
inconsistente
y cada paso se hace tibio
y reverbera.
Urge el instante.

Maldigo al espejo,
traidor y miserable,
que revela sin piedad,
que destruye sin ambages,
ahora
que ni los sueños
sueños son.

Perdemos primero la razón
y olvidamos nuestras metas,
luego perdemos la conciencia
y buscamos la razón.
Ironías de un destino
que nunca jamás existió.

Parco en odios,
en amores y en amigos,
extemporáneo,
adicto al olvido,
camino de la nada,
te sigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario