sábado, 28 de enero de 2017

La aventura de ser Yo



Uno es. A veces simplemente uno es, sí, pero… ¿qué? ¿Un breve espacio de tiempo? ¿Un cuerpo? ¿Un alma? ¿Un cuerpo y un alma? Y quizás dé igual.

Van pasando los años que se disfrazan con caras de alumnos que poco a poco caducan y se pierden tras sus trajes de hombres y mujeres de provecho. Como el mío.

¿Cuántas Paula, Óscar, María? ¿Cuántos gritos y decepciones? ¿Cuántas alegrías y carcajadas? Ya he perdido la cuenta.

¿Sirve de algo esta brecha, este filo de la navaja que corta y desangra?

Ser pregunta. Ser pregunta es la respuesta, y la respuesta es la nada.

Vuestras caras estupefactas me indican, ahora, que es difícil de entender. Acaso imposible. Es cierto. Os pido que me habléis de vosotros, de quiénes sois, de vuestros sueños y vuestras pesadillas, de vuestros deseos, y yo, sin embargo, permanezco en la indefinición, equidistante.

Y no puede ser.

Soy la palabra que blando, el deseo que impregno, el aire que exhalo.

Mírame y dime: ¿es cierta mi sonrisa? ¿Ves amor? ¿Y humor? Todo está ahí, esperando por tu mirada y tus ansias de saber. Mis ganas son tus ganas. Aprendo cuando aprendes y cuando olvidas muero. Ese es mi sino. Esa mi condena.

Además, escribo versos que cuentan la vida, la propia, la ajena. Y los vendo al peso.


Cuando me mires no dudes, no sufras, no sientas compasión de mi loco empeño, soy un hombre que escribe sin tinta en tu alma sus sueños.

miércoles, 25 de enero de 2017

Nadie & nadie


Juan Nadie aprende a caminar.
Es ley de vida.

No escatimará en caídas;
correrá sin sentido
y perderá el aliento
y la vergüenza.

Juan amará ídolos,
de oro y de barro,
y descubrirá
que el cuento
es palabra de cuentista,
con suerte.

Nadie dudará de su apellido.
Nadie es nadie.
Nadie se salva del naufragio.
Nadie nada.

Juan Nadie hace su equipaje
cada día al despertar,
al fondo los sueños fantasía,
los secretos de guardar,
los afectos, el arte y la familia,
un poema y dos canciones
y cuatro cosillas más.

Nadie sigue su camino.
Nadie tiene un destino.
Nadie sabe:
Viajar es regresar.

sábado, 21 de enero de 2017

De un tiempo a esta parte


La ironía lamenta el desatino
y todas las metáforas se bifurcan
y languidecen
de un tiempo a esta parte.

No nos resulta extraña
la extrañeza
de extrañarnos nuevamente,
de alimentar el recuerdo
y dejarse mecer,
suavemente,
por una melancolía íntima y frugal,
por una vida abismo.

No trajimos nada
y nada llevaremos con nosotros,
ni tan siquiera la palabra
que nos define,
que nos niega.

Más Allá es demasiado lejos,
demasiado tarde,
demasiado aquí.

No vinimos a vengarnos
de la vida por vivir,
del amor por amar,
de la muerte porque sí.
No vinimos a soñar
pero soñamos,
no vinimos a morir,
pero morimos.

La perspectiva es funesta
y uno tiende al desamparo.

Pero, de un tiempo a esta parte,
el aire levita más ligero
y los horizontes brillan
dibujando presentes eternos.
De un tiempo a esta parte
yo, tú, nosotros.

sábado, 7 de enero de 2017

Conversación íntima

“Oler tu piel. Saborear tu lengua. Tocar tu corazón.
Acariciar tu pelo. Conocer tus cicatrices. Disfrutar tu risa.
Besar tu mirada. Arañar tu espalda. Morder tu alma.
Anhelar tus palabras. Escuchar tu respiración. Sentir tu calor.
Cabalgar tu fuego. Absorber tu dulzura. Descubrir tu ser. 
Hacerte el amor. Hacernos el uno al otro. Hablar sin palabras.
Reírnos de lo absurdo. Correr hacia delante. Iluminar con nuestra luz las estrellas.
Bailar, vivir, follar. Sin daños, sin matices, con ganas.
El amor es inexplicable, me dijiste un día. La explicación es el amor, te respondo una noche.”

[Texto original de Arantxa Buján Márquez]

Y te puedo yo decir,
ahora que la noche sobrevive
al absurdo
y a la pesadilla,
que no lamento los años.

Las esquinas mal dobladas están ahí,
las mañanas de pie izquierdo,
las piedras del camino,
sonriendo,
los tropiezos,
los fracasos,
los lamentos…

todo lleva a ti.

De repente la luna
que ilumina una tormenta
que se ofrece tempestiva
y germinal…

porque todo cambia si tú cambias.

Sí.
Hoy sí.
Sí a hacer un amor que sepa a amor,
sí a la palabra que permanece,
que no se dobla,
sí a tu sexo y tu silencio,
a tu luz y a sus desvelos.
Absolutamente sí.

No te vayas esta noche,
ni esta vida miserable
que, sin embargo,
empieza a latir.