sábado, 11 de marzo de 2017

Barbie de trottoir



Te veo desfilar,
contonear esas caderas
encandilando miradas
por la pasarela del olvido,
como una barbie de trottoir.

Nadie sospecha tu vacío,
tus ganas de volar
tras cualquier sueño desvencijado,
que no sepa a pesadilla,
que no huela a insomnio.

El rimmel no oculta las heridas
que supuran hacia adentro.
Los flashes mutilan.
Tus bragas se subastan
y tú solo quieres llorar.

No son las niñas las que observan,
son los niños de cualquier edad,
ebrios de deseo,
enfermos de soledad,
dispuestos a perder un alma,
dispuestos a morir y matar.

Cierras los ojos. Abres las piernas.
Vivir es caro si quieres soñar.
Las excusas huelen a rancio,
saben a viejo,
y has olvidado el verbo amar.

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