viernes, 24 de febrero de 2017

Mi poema más hermoso

Escúchame pulsando aquí.

Me duele hasta el aire que respiro
cuando siento en el alma este silencio
que solo sabe ser sollozo
o música de piano.

Quizá ya te hayas ido
o aún te estés marchando,
importa poco desde siempre.
O puede que sea yo
el que extravíe su camino,
en esta ocasión.

Tanto monta.
Monta tanto.

La música me mece hacia la nada,
hacia mí mismo,
y yo me dejo hacer,
por no variar,
como una adolescente anhelante.

Este mundo no es el mío,
demasiado flow,
demasiado ruido,
y sufro de vértigo y coherencia.

Puede que nunca me entienda,
puede que yo no sea yo
y la vida importe una verga
o puede que no.
Se me escapa el contenido
si no sé ser amor,
si pierdo las riendas,
si olvido quien soy.

Yo aprendí a pensar sentado,
a no dejarme llevar,
a no mirar hacia otro lado,
a buscar el próximo bar.

Mis versos son el aire exhalado,
los delirios que he vivido
antes de ti,
por tu culpa
o a tu lado.

Mi poema más hermoso
está escrito con saliva
para siempre
en tus sueños más amargos.

martes, 21 de febrero de 2017

El hombre ausente

El hombre que nunca estuvo ahí
yace, como un niño, acurrucado,
ensayando sonrisas de cristal
ante un mundo tenue y desaliñado,
quimérico en sus dudas,
obsceno en sus silencios de barro.

El hombre ausente se atreve
a predicar
y predica.
Todos los oídos callan y otorgan.
El hombre ausente crece
y se eterniza.

El hombre que atesora silencios
que retoñan
en el más allá más inesperado,
florecen
y dan fruto
solo sabe cantar
mal acordado.

El hombre que quiso ser hombre
y no supo cómo
más acá de ser humano
se mira en un espejo
y ve palabras huecas
que se contradicen.
No entiende nada.

El hombre ya no mira sus manos
buscando una caricia incipiente.
El hombre ha fracasado.

sábado, 18 de febrero de 2017

Porque volamos




Llueve cuando llueve,
eso pronto lo aprendimos,
y el agua moja el alma.

Nos ha tocado lidiar con la galerna,
besar los labios de la muerte,
perder la sonrisa, y la inocencia,
entregándonos ciegos y breves
a merced del tiempo y la miseria.

Aprendimos a cantar cantando,
como niños que sueñan que viven,
canciones que no recordamos,
recuerdos que nunca redimen.

Desafinamos,
¿qué más da?
La música la inventamos nosotros,
Don Quijote se frota las manos
y Sancho nos tacha de locos.
Más o menos lo esperado.

Además ambos sabemos
que los relámpagos iluminan a veces el camino,
y pintan las baldosas de amarillo,
el corazón es evidencia,
el temor silencio
y el valor se afirma en una mano abierta,
una mano ofrenda.

Es cierto,
no podemos sonar bien
y soñamos sinfonías
que alicatan nuestros vuelos.
Porque volamos.
Porque queremos volar.

miércoles, 15 de febrero de 2017

Vidas eléctricas

[Soneto que nace de un ejercicio de aula. Es realmente gratificante verlos trabajar con alegría y crear sus propias obras. Tendríais que ver los resultados, los hay magníficos. Este es el que yo escribí, a modo de ejemplo, en el encerado.]




VIDAS ELÉCTRICAS


Mis alumnos sueñan vidas eléctricas
y escondidos de sí mismos regalan
instantes de un tiempo en el que se instalan
vendiendo caro sonrisas simétricas.

Sus miradas levitan excéntricas,
borrachas, ebrias del aire que inhalan,
extranjeras a un futuro que talan
tras una mentira insulsa, estética.

Mis alumnos aprenden que es el vuelo
sin nociones de cómo aterrizar,
de eso ha de encargarse duro el suelo,

que nos condena a todos sin piedad,
que nos recuerda el precio del anhelo
de una juventud que no ha de durar.

sábado, 4 de febrero de 2017

Emoticoños



Bienvenido.
Bienvenida.
No malgastes tus silencios,
aquí, todo es mentira.
Nadie dijo que fuera fácil
lo ha dicho todo el mundo.
Invéntate una vida
y huye,
sin miedo.

¿Cómo te sientes?
Puedes escoger estado
o pintarte una carita sonriente.
Tú decides,
a medias.

Vístete despacio,
desnúdate deprisa,
y no hagas más ruido
que el estertor de tus gemidos,
hoy la perversión es ley
pero no hay perdón para el paria
que reconoce su cachito de escándalo.

Impera la impostura
en esta obra de teatro.

Todos somos peces
intentando subir a un árbol
que ni siquiera existe.
Ante la frustración, nos masturbamos.

Pensamos abrir ventanas,
inconscientes,
y fuimos cerrando puertas.
Vender sueños es el precio,
comerciar con el alma nuestra pena,
capital y eterna.