sábado, 17 de diciembre de 2016

Un acto de fe

Escúchame pulsando aquí.

Se marchitan también los inviernos
cuando el león ruge al amanecer
y las palabras conjuran silencios
que retoñan,
que florecen y se atreven a ser.

Ya no nos duelen los infiernos,
personales,
intransferibles.
Ya ardimos en la inercia.

Los tiempos están cambiando.
Los tiempos nunca dejan de cambiar.

No somos hoy mejores que ayer,
al menos aprendimos eso,
y quizás eso nos redima
de un presente traidor
y de un futuro herida.

La vida exige un acto de fe
y una pizca de inconsciencia.
Instinto animal.
Aceptar que nadie sobrevive.

La vida exige testigos.

Ni absueltos ni condenados,
no aprendemos a ser reos,
volamos sin alas,
con los pies en el suelo
y el alma desatada.
No existen los sueños
pero soñamos.
La orquesta abandonó el baile
pero bailamos.

Cuando nada importa,
todo importa nada,
salvo quizá
atreverse a respirar.

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