miércoles, 11 de noviembre de 2015

No pasa nada

Recuerda: no pasa nada.
Aunque la luna no salga esta noche
a custodiar los insomnes amores
de aquellos que anhelan;
aunque no haya consuelo
que distraiga un efímero instante
esta distancia aterradora;
aunque yo no te tenga,
no pasa nada.

Lentamente,
sin sacralizar la palabra vana y puta,
manteniendo la observancia a la bohemia,
enfrascado en batallas clandestinas,
en guerras sempiternas,
va uno aprendiendo a ser poeta,
a ser humano,
y no pasa nada.

Sé que sueñas en voz baja,
mientras tejes historias de abuela
que ha vivido demasiado
y demasiado ha vivido.
Sé que adelgazas tus palabras
que sabes que se clavan como dagas,
que sabes que desangran,
y, créeme, no pasa nada.

Aprenderemos, poco a poco, a subsistir
huérfanos de ilusiones que florezcan,
a regalarnos humo y silencio compartido,
a sonreír, por no llorar amargamente,
y no pasará nada.

Y no, no pasa nada,
no pasa nada si confieso que te amo.

2 comentarios:

  1. Que no pasa nada dices mientras disfrazas la terrible sombra de la distancia que asola y nos separa, mientras te ahogas en cada frase muda aferrada a mi pecho, mientras contemplas resignado la estúpida lágrima que desborda unos ojos ciegos de tanto soñar y cierra la boca con el beso amargo de la soledad.
    Perdona si te cuento lo que a mi corazón le pasa cuando confiesas que me amas.
    (Es uno de los poemas más hermosos que he leído nunca, gracias por tu maravilloso talento, gracias por tu corazón. Un beso enorme Álvaro, te quiero).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a ti, Raquel. Por todo, por tanto. Siempre tendré una bonita palabra en la punta de la lengua porque has sido, porque eres, porque serás. Yo también te quiero. Un abrazo inmenso, que recorra todas las distancias y nos sane por fin.

      Eliminar