escribir una biblia con tus besos,
llena de palabras reveladas
al son celestial de una vida imposible,
te he visto llorar de alegría.
Te he visto en ruinas,
oliendo a decadencia e inquina,
despiadado e injusto,
enfrentado a tu abismo.
Te he visto en llamas,
incendiario,
caminando taciturno hacia el otoño,
dispuesto a perder otro tren
por un segundo más de primavera.
Te he visto encogido,
magullado y quejumbroso por los golpes,
rabioso,
te he visto morder el polvo y sudar sangre.
Y aún así estabas más vivo.
Quiero verte de nuevo,
desnudo y atrevido,
dispuesto a jugarte el alma
por un mísero adjetivo,
dispuesto a reconocer que todos
tenemos nuestro nudo en la garganta,
que todos tenemos nuestro nombre maldito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario