martes, 3 de febrero de 2015

Juan, o cualquiera

Juan se despierta, se levanta y piensa
por qué no,
otro día más no pesa,
hoy solo toca hoy.

A veces se viste de traje
y sale a comerse el mundo de un bocado,
a seducir a la muerte con manos de cirujano,
a gobernar el eterno desgobierno,
a diseñar puentes que unan deseos.

A veces se viste de faena
y amasa pan para tu boca,
te sirve café con magdalenas,
te escribe la vida en una hora
y dibuja el destino de tu viaje.

Juan es alérgico a profetas,
sabe que respira
y se inventa sus recetas,
siempre propias,
siempre nimias,
para no cortarse de un tajo la vida.

Juan es nadie y es cualquiera,
un instante de un instante,
una enredadera en la memoria,
el principio del fin de la historia,
otro vagamundo del arte
noble y vil de la supervivencia.

Juan se acuesta cada noche
orgulloso de su amada intrascendencia.


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