miércoles, 25 de febrero de 2015

Advertencia

Los mercaderes del oprobio
celebran su eterna fortuna.
Ellos saben de qué va esto.
Ellos manejan el cotarro.
Ellos o nosotros.

Ayer aporreaban nuestras puertas
e imaginaban por nosotros nuestros sueños,
pulcra y, a veces, elegantemente vestidos,
armados de sonrisas y paciencia,
dispuestos a la más vil seducción,
titulados en estrategia artera,
pretendían regalarnos el amor
y lo que amaban era nuestra cartera.

Pero olvidaron que todos los sueños
son engendros, pedazos de pasado
que resuenan como un eco inaudito
que devuelve versos siempre sueltos,
siempre libres.
Y olvidaron que hay sueños pesadilla.
Olvidaron el bicho.
Lo que ayer renacía hoy es barroco.

Sabemos que vendrán tiempos mejores.
Sabemos que vendrán tiempos peores.
Sabemos que no duraremos,
pero si las golondrinas no retornasen esta primavera,
¡qué tiemblen los mercaderes del oprobio!


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