A Sonia Mirón, que me regaló
el gérmen de estos versillos
Mi sombra arde de hambre,
deambula por los barrios más oscuros
de la ciudad,
siempre al ocaso de todo,
y te busca.
Los policías y las putas patrullan unas
calles
desiertas de poesía,
hoy las enredaderas son solo enredaderas.
La luna se inhibe
y un manto de agua gris y perenne
dibuja garabatos
sobre los parabrisas de los automóviles
detenidos y sin alma.
Los semáforos ofrecen su sinfonía de
color monocorde
a los gatos,
siempre negros y agoreros.
Mi sombra puebla el alféizar de todos los
pecados
buscando alba,
sedienta de luz,
atada a mí y a mi insignificancia por recias
cadenas,
aterrada,
comprensiva
y extranjera.
Mi sombra puebla el alféizar de todos los pecados....insuperable!
ResponderEliminarAna!!! Cuánto tiempo! Siempre me sonrojas! Un besazo!!!
EliminarMuy bonito poema, me quedo para seguirte.
ResponderEliminarUn saludo
Rosa
Mucho gusto. Espero que te agrade la compañía.
EliminarUn saludo.
Álvaro.