miércoles, 16 de abril de 2014

Un poeta y su espejo

Te observo absorto,
te dejo hacer
transido de ti,
me asombro.

Eres y te mueves,
ajeno al vaivén de las olas,
danzas frenético
jácaras que huelen a muerte.

Vendes humo aquilatado,
cantos de sirena voraz,
apenas epítetos
que elevan a sagrado el pecado.

Compro tu aire y tu anhelo,
tus ganas de todo y de nada,
el verso que siempre naufraga
en tu voz ajada y en celo.

Regalo mi tiempo a tu cuerpo
hostil en tiempos de guerra
y en los breves remansos de paz
música que amansa a la fiera.

Me observo absorto,
me dejo hacer,
transido de mi,
me asombro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario