domingo, 12 de enero de 2014

Lluvia

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Vuelve a llover,
y llueve sobre mojado.
Las calles discurren vacías
y las ventanas se pueblan de sueños
a veces de amor
que fabrica castillos de naipes
con las gotas que besan el cristal,
a veces pesadilla
y angustiante soledad duermevela
que observa el alféizar
con mariposas en el estómago.
Algún paraguas se atreve al desamparo,
e invariablemente naufraga,
no es este un tiempo de héroes.
De fondo el mar hace el amor con la roca
y ruge,
intrascendente,
melodías de invierno y de sal.
Sigue lloviendo,
se perpetúan las mareas,
siempre el mismo río, nunca el mismo río,
y se pueblan las ventanas de poetas.


jueves, 9 de enero de 2014

Amor poético

Me persigue la verdad disfrazada
por los arrabales de una ciudad que me es ajena
pero es la mía.
La gente de bandera nos señala,
con sus dedos de hierro
y la mirada pétrea.
Yo frecuento esquinas que naufragan,
malvendo mi tiempo por oro
y cicuta en vena.
Tú apenas existes en mis palabras,
en el batir incesante de las olas
de mis mareas vivas.
Un nosotros imposible,
tú fantasma, yo poeta…
y mi mejor destino es tu mirada.

martes, 7 de enero de 2014

Ofrenda

Apenas el viento se rasga las vestiduras.
La noche ofrece su coartada
mientras un ejército de sueños duerme o vela.
Los poetas, temerosos, huyen de la poesía
y se arrojan al abismo huérfanos de nombre.
El instante es único y eterno,
como un río de aguas turbias
que rodean, cercan y rozan sin llegar a mojar.
Ven y húrtame la sangre.
Aduéñate del miedo que me nace,
clava tus ansias en mi carne,
respira mi aire.
Muéreme contigo.

domingo, 5 de enero de 2014

Florencia

Ya escribo mis sueños con tu letra,
alejándome del suelo y con los ojos cerrados,
dejándome ir,
absorbiendo quimeras.
Lleno los muros de la patria mía
con palabras florecidas en tus labios
al albur de este síndrome de Stendhal,
inesperado y subyugante,
paralizante y generador,
que el arte de tu arte ha revelado.
El trazo preciso de tus manos,
la delicada curva de tus senos,
una boca entreabierta y una manzana
son sustento y son maná,
lugares comunes y triviales
que ascienden con las musas al Olimpo.
Yo soy tierra en la tierra,
una voz áspera y carnívora
que no sabe de dioses ni de estetas,
que bendice un deseo mayúsculo y real,
enajenada con tu luz.

Quiero hacerte el amor en Florencia.