lunes, 12 de agosto de 2013

Intercambio


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Todos los jueves son martes
desde que te has marchado,
y mi vida languidece
en un miércoles eterno
empeñado en consumirme.

Siempre las noches
se parecen en tu ausencia:
apenas un páramo
que invita al insomnio
y al sueño en vela.

Los días se suceden,
ávidos de doblar una esquina
y encontrarse con un viernes,
con un viernes azúcar,
con un viernes sal,
con un viernes tequila,
y dejarse vivir incendiados,
y perder el alma y el sentido,
y besarte
entre el ombligo y las rodillas.

Mis minutos perecen sin tu risa,
se suicidan uno a uno en procesión,
mi veneno es tu recuerdo,
tu veneno es mi poesía.

2 comentarios:

  1. Salvo el verso del "sueño en vela" que me parece redundar el anterior del insomnio sin aportar nada, me ha parecido un poema potente y delicado a la vez.
    La estrofa de la avidez por ese viernes multiforme, destacable.

    Pasé un buen rato leyéndote, Álvaro.

    Buen viernes.

    Namasté.

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    Respuestas
    1. Gracias por tus palabras, Morgana.

      Realmente quise indicar que no es lo mismo no dormir que soñar despierto, pero a mi también me hizo dudar.

      Un abrazo ;)

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