baila un tango con el tiempo
besando la tierra a cada paso,
derramando lúbricos sueños.
Tu cuerpo estremece,
genera principios,
embriones de amores posibles e imposibles,
retazos de locura.
Tu cuerpo desordena,
es sujeto, es objeto, acción y circunstancia,
una hipérbole de lo sagrado,
una ironía, una paradoja, una metáfora.
Lázaro, levántate y anda.
Mi cuerpo es tinta derramada en la contemplación,
una sonrisa extática,
un guiño al desamparo,
una herejía al dios amor.
Mi cuerpo es una ofrenda al instante,
otra manera de huir de la poesía.