domingo, 30 de junio de 2013

Herejía


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Tu cuerpo es aire y vibra,
baila un tango con el tiempo
besando la tierra a cada paso,
derramando lúbricos sueños.
Tu cuerpo estremece,
genera principios,
embriones de amores posibles e imposibles,
retazos de locura.
Tu cuerpo desordena,
es sujeto, es objeto, acción y circunstancia,
una hipérbole de lo sagrado,
una ironía, una paradoja, una metáfora.

Lázaro, levántate y anda.

Mi cuerpo es tinta derramada en la contemplación,
una sonrisa extática,
un guiño al desamparo,
una herejía al dios amor.

Mi cuerpo es una ofrenda al instante,
otra manera de huir de la poesía.



lunes, 24 de junio de 2013

La dama y el poeta


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Ayer fuimos aire exhalado por una misma boca,
hoy somos apenas extraños que se observan
protegidos, desde su atalaya,
extranjeros de su propio pasado.

Caminábamos alegres, inconscientes,
ignorantes del abismo a la vuelta de la esquina,
ajenos a lágrimas y pesadillas,
acariciando un tiempo de oro y mantequilla.

Mano sobre mano construimos un imperio,
descubrimos territorios vírgenes e insospechados,
fundamos una historia y mil recuerdos,
un álbum de fotografías viejas ajado.

La dama sueña con campos floridos,
caricias de algodón y besos con fruta,
brazos firmes y voz profunda,
rebosante de certeza, y un nido.

La dama teje hilos de afecto,
inventa palabras y sonríe satisfecha,
construye su vida perfecta,
una buena metáfora en un mal verso. 

El amor no siempre es suficiente, profetizaba.

El poeta vive a gusto entre las ruinas,
escarbando con las uñas las miserias de sí mismo,
impenitente y libidinoso,
rozando un amor que no existe.

El poeta se desangra cuando habla,
y nadie parece darse cuenta,
languideciendo en cada verso,
viviendo honrando una tumba abierta.

Fuimos lo que fuimos porque somos lo que somos.

martes, 4 de junio de 2013

Cuerpos


Mi cuerpo es mi patria,
una tierra seca e insumisa,
capacidad de amor o verbo,
alergia al ocultamiento.

Mi cuerpo colisiona con otros cuerpos:
las galaxias.

Hay cuerpos celestes,
cuerpos que brillan e inundan
de una luz germinal
los atónitos telescopios
que se afanan en escudriñar
fragmentos de tiempo,
fragmentos de nada.
Hay cuerpos inmóviles,
acechantes,
ávidos de palabras
que engullen hasta el último punto,
otro agujero negro.
Hay cuerpos mutantes,
híbridos,
medio minerales,
medio vegetales,
medio animales medio-pensantes.

Existen cuerpos como catedrales,
con sus cúpulas de oro, de mármol o vidriadas,
las columnas esbeltas rematadas en capiteles
de extraordinaria belleza, volutas, arquivoltas,
y en el centro un altar para arrodillarse,
y un órgano majestuoso para dar voz a la carne.

Existen cuerpos como cárceles,
cuerpos que sollozan sangre en silencio,
escondidos en sus cuevas,
y sueñan la libertad o la muerte.

Del choque a veces surgen destellos.
A menudo solo un eco.

Mi cuerpo es mi patria,
cada día lo mancillo,
golpe a golpe con él muero,
verso a verso con él vivo.