sábado, 9 de febrero de 2013

Quijotesca mirada




Han venido a llevarse por delante mis sueños
con sus crisis de valores, su realidad a manos llenas,
sus millones de culpas y su catálogo de penas,
a tatuarme en el alma un cruel e inmenso cero.

Me armo de valor y me armo de paciencia,
como corresponde a un triste y digno caballero,
aunque en mi lánguida cabeza orine un yelmo
como una bella metáfora de la decencia.

Han venido a hurtarme el futuro perfecto,
el corazón y la coraza y a mi amada Dulcinea,
con sus trajes de corbata y sus sonrisas de hiena
al albur de la inminente derrota de mi empeño.

Tú, amigo Sancho, lo comprendes:
yo me niego a dejar de ver gigantes.

5 comentarios:

  1. No permitamos que nos arrebaten aquello que nos hace libres, querido caballero. Nuestros sueños y nuestras ilusiones, son el sustento de nuestras almas.
    Yo también me niego a dejar de ver gigantes...
    Muy bueno, Álvaro, tus metáforas están siempre vivas.

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    1. Gracias Cristina. Aún me asombra tu obstinación en leerme. Qué responsabilidad.

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  2. este me encanta Álvaro...¿has navegado en alguna otra ocasión sobre la mugrienta superficie de la crisis?

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    1. Es un tema recurrente... ¿Has leído la entrada "Los sindiós", de octubre o noviembre del año pasado? Otra forma de verlo...
      Gracias por tu atención Ana, eres un sol!

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