martes, 31 de diciembre de 2013

Imagen estática de un paraíso insostenible

La maleza invade los jardines del paraíso,
apenas reconocible.
Adán anéantit Eva y todos los labios cómplices
atesoran silencio.
Caín y Abel siguen en sus trece pero…
¿quién es Caín?
¿quién es Abel?
Un ejército de hormigas hacendosas
horada los cimientos de la vida
como un rey Midas inconsciente,
nada brilla a su paso, la nada brilla.
Los hombres fabrican dioses
y los visten de hombres
que fabrican dioses en una danza macabra
de muerte y resurrección,
y muerte y resurrección,
apenas coherente.
Los tiempos son insulsos,
y la poesía un pacto con el diablo,
un alarido intrascendente en pos de un eco imposible,
el reconocimiento expreso y feliz de una derrota.
Seguiremos otro siglo igual,

huyendo del espejo, inventando historias.

lunes, 30 de diciembre de 2013

Virgen Blanca

La ha visto,
oculta entre la multitud,
resplandeciente y blanca,
caminando, con aire de desdén,
apenas rozando la vida,
como Venus extática.
La ha paladeado
desde un turbado silencio,
tatuando su imagen divina
en lo más profundo de su entraña,
parapetado tras un océano
de palabras que saben ser deseo.
La ha soñado,
recorrido y recreado
repitiendo un placer estético
que reverbera y amamanta,
albergando un halo de luz,
un resquicio de esperanza.
Le importan un bledo sus pecados,
el poeta ve una Virgen exultante,
a Gioconda, a Gala desnuda,
un motivo para el arte,
para llenar de sangre los tinteros

y barrer el excedente de tristeza.


lunes, 23 de diciembre de 2013

Palabras corrientes

Estoy mirando al tiempo diluirse,
dejándome mecer en un vaivén estático,
perenne,
ajeno y ajado desde un rincón del mundo.
Los colores de las banderas destiñen
con sangre todos los folios en blanco
y los supervivientes se enfrentan a un cielo
invariablemente silencioso
y al raso.
¿Quién es la mujer de sonrisa tenue
que me invita a libarla
desde el otro lado del espejo?
¿Quién este extraño que la observa?

Las palabras no hieren.
Las gargantas hieren,
asesinan, mutilan, aniquilan,
cuando se inflaman y proclaman
verdades elocuentes e intransigentes.
Las palabras, corrientes, se dejan hacer,
prostibularias,

el amor en cualquier cama.

domingo, 15 de diciembre de 2013

Música

Dicen que la literatura bebe cicuta y siente desamparo,
que solo es verdaderamente trascendente
cuando encumbra una derrota indecente
estampada, debidamente maquillada y con descaro.

Los profetas de la angustia se frotan las manos,
cargan las tintas y emponzoñan el alma
multiplicando hasta la insidia una manida metáfora
que conduce a un dolor en serie, enlutado y enlatado.

Como si las palabras sirvieran de algo.
Como si fuesen realmente nuestras.
Como si no sonaran a graznido.

Apenas importa al ser el significado.
La victoria es la música
que huye indemne de la partitura

y sobrevive para contarlo.

sábado, 7 de diciembre de 2013

Soledad

Pincha aquí para escuchar el poema

Ustedes hablan de cosas importantes,
toman decisiones,
venden ilusiones
de cambio para que nada cambie.
Dibujan en los mapas líneas de odio,
sacralizan la diferencia
sementando una tierra
fértil para la ceguera y el arrojo.
Ustedes se arropan de razón
y multiplican argumentos sostenidos por la inquina,
y elevan al Olimpo la mirada aviesa de la envidia,
juzgando con ardor.
Bendicen y maldicen al son de las trompetas
que enardecen a la muchedumbre,
siempre presta a celebrar la lumbre
y a quemar al prójimo enemigo en la hoguera.
Ustedes rezan,
se arrodillan ante dios o ante una estrella,
entonan himnos
que adoctrinan en la sombra a nuestros niños.

Yo solo soy un poeta
que sabe que el soldado lleva coraza
no por proteger su corazón,
si no para ocultar su pena.
Un soldado traidor
que arrojado rehúsa la batalla

consciente del precio del amor.

viernes, 6 de diciembre de 2013

Ensueño

Pincha aquí para escuchar el poema

A veces no hay más salida que una ventana abierta,
gritaba con denuedo machacón el simple poeta,
a veces vivir o morir es un pleonasmo.

Ella devoraba vampírica un ser imaginado en cada verso,
soñaba y se arrepentía,
temerosa de enfrentarse a un lúbrico espejo.

Estaban jugando a florecerse,
a regalarse palabras y recetas
para seguir jugando indemnes.

Él escribía tinta en llamas,
ella ofrecía su pelo ardiendo.
Él blandía su deseo,
ella agitaba sus alas.

En la mesa que ocupaban olvidaron un recuerdo,
el beso que no llegaron a darse,
un autógrafo escrito con deseo

y la promesa de volver a encontrarse.